Nunca olvidaré la emoción, los nervios a flor de piel, el sufrimiento, la esperanza. Un cúmulo de sensaciones nuevas para mí, me confundían.
Los minutos estaban llenos de sentimientos inexpertos que no asumía. Angustia. Toda mi vida pasaba brevemente por mi mente sin entender el significado de mi existencia.
Pero ese silencio interior se rompió por un llanto.
De las entrañas de una flor, un perfume invadió la sala. Mi vida cambió. De una flor otra flor. A cual más bella.
El tormento fue sosiego al instante. Entonces la ví, llena de vida. Todo a mi alrededor se iluminaba de tal modo que me sentía el hombre más afortunado del mundo, sin duda alguna.
Lágrimas que nunca imaginé fluían sin parar por el rostro de aquel que la naturaleza había premiado.
Ahora encuentro la razón de mi existir, un "cielillo" llenaba nuestras vidas.